El primer día de clases en la escuela significa un gran cambio para tu hijo. Conoce cómo apoyarlo satisfactoriamente y garantizar su felicidad.
De acuerdo al Consejo Nacional de Educación, cerca de 2 millones de alumnos se matricularon en Educación Inicial y más de 3 millones en Educación Primaria. Son muchos los pequeños que entrarán a las aulas por primera vez. Ante esta situación, surge una de las preguntas más importantes para los padres: ¿Cómo ayudar a mi hijo a adaptarse en su primer día de clases?
Reconoce e identifica su situación
A veces, los niños sufren con los cambios debido a que cuentan con menos herramientas para adaptarse. Hay que comprender el shock en ellos, que pasan de estar 24 horas en casa a casi ocho horas en un lugar nuevo.
Aunque la mayor parte del tiempo es evidente la disconformidad del niño con la nueva escuela, ciertas veces suelen esconder lo que sienten o los padres suelen confiarse demasiado. Lo mejor en estos casos es mantener una buena comunicación con tu hijo desde el primer día, estar muy atento a sus cambios de ánimo, hablar con sus profesores y tratar de no presionarlo en ningún momento.
Antes de las clases
Visita con anticipación, junto a tu hijo, las instalaciones de la escuela en donde estará. Conozcan a los profesores, las aulas, las carpetas, etc. Esto le dará más seguridad.
Recuerda que los niños utilizan su imaginación. Si visitas la escuela con él y luego le cuentas sobre ella con optimismo, le resultará más sencillo afrontar el cambio.
Los primeros días de clases
Acompáñalo desde la casa hasta que tome su lugar en el aula. Con ello, le proporcionarás seguridad y apoyo, evitando el shock. Recuerda ser puntual o designar a alguien de mucha confianza para que lo recoja en la salida.
No alargues la despedida, ya que la situación podría empeorar. Despídete de forma rápida y siempre con un mensaje positivo. La familia es el ejemplo para él y si alguien se porta nervioso, triste o asustado, lo percibirá.
Si llora o se siente muy angustiado, no regreses a casa con él. Trata de hacerle comprender que esa sensación durará poco y se irá adaptando durante el día. Llevarlo de regreso empeoraría la situación. Prémialo con elogios y afecto si supera la situación, no con regalos materiales.
Durante el año escolar
Si ya pasaron semanas o meses y tu hijo aún tiene problemas para adaptarse a la escuela, debes hablar con él. Puedes comentarle que tú tenías los mismos problemas. Establece un lazo para que él pueda contarte lo que realmente pasa por su cabeza. No subestimes los problemas de un niño, ya que estos los afectan emocionalmente.
Hazle entender que crees en su malestar y en su palabra, y cada vez que te cuente que tuvo un día positivo, muéstrate orgulloso. Esto ayudará a mejorar su autoestima. Intenta conocer a las madres y padres de sus compañeros, para luego invitarlos junto con sus hijos a una reunión familiar. Jugar con sus amigos fuera de clase fortalecerá sus vínculos y le brindará mayor confianza.
No lo castigues. Los niños también tienen derecho a sentirse mal. La clave está en ayudarlo y no hacerlo sentir en casa aún peor de lo que ya se siente en la escuela. En todo caso, busca ayuda profesional o trata de hablar con sus profesores para comprender mejor la situación y buscar una solución en conjunto.
Todos queremos ver felices a nuestros hijos y la escuela es un lugar en donde ellos pasarán mucho tiempo, por lo que es necesario garantizar su educación y felicidad.
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