Hasta los años 60, los psicólogos creían que los cambios en la estructura cerebral sólo podían tener lugar durante la infancia. En la edad adulta, se creía que las estructuras cerebrales eran imperturbables. Las investigaciones más recientes demuestran que el cerebro continúa creando nuevas conexiones neuronales y alterando las ya existentes con el fin de adaptarse a nuevas experiencias, aprendiendo de la conducta y la nueva información para crear nuevos recuerdos, es a lo que llamamos «neuroplasticidad».
Y la lectura es una de las herramientas que estimula dicha actividad cerebral, se fortalecen las conexiones neuronales y se aumenta la reserva cognitiva del cerebro.